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Apr 29, 2007

La Memoria Colectiva


David "Coco" Blaustein, director del documental Hacer Patria (Forging A Nation), ingresa al Registro del Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires, Argentina. Pregunta por sus padres, tíos y otros familiares de sus dos ramas: los Blaustein y los Korogodzky, provenientes de Polonia y Ucrania. El señor que lo atiende con gusto, trae los libros de 1923 y 1927, y en base a nombres de las personas y los barcos, encuentra los registros del día en que sus abuelos ingresaron al país. Coco festeja como un niño el hallazgo de tan preciosa información. La pantalla se funde a negro, y comienzan los créditos, mientras se escucha el Kol Nidrei, uno de los cantos más sagrados del pueblo judío que se realiza en el comienzo de Yom Kippur (Día del Perdón). Este rezo que trata la transgresión, las obligaciones, el perdón, la ignorancia y el agradecimiento por la vida, no está puesto en la película por casualidad.

Co-escrita por Irene Ickowicz junto a Blaustein, una buena cantidad de fotos y archivo filmado, y una mayor aún cantidad de aportes y anécdotas familiares, este documental de poco más de dos horas de duración es una viva reconstrucción de la historia entre varios integrantes de la familia. Todos los judíos argentinos en algún momento lo vivimos en nuestras casas: escuchar las historias de testigos directos mezcladas con las que se transmitieron por generaciones, adornadas de "supongo", "seguro" , "creo" y "me dijeron". De esta manera se va rearmando un enorme rompecabezas que Blaustein intenta armar con detalle.

Las calles de barro, los reencuentros, la búsqueda permanente, la emoción, y la reconexión con el pasado se hacen presente junto todo tipo de anécdotas, desde un maletín con joyas que salvó la vida de un familiar en manos de un soldado cosaco, los 30,000 sindicalistas hablando en idisch, hasta la época en que la tía Matilde se bañaba en vino porque abundaba y faltaba agua (a lo que el tío Efraín agrega "te hubiesen bañado en leche, como Cleopatra). En el proceso de reconstrucción se transforman las memorias y también los nombres: Iuda pasa a ser Judah oficialmente... para los amigos Oscar. El camino que Blaustein sigue lo lleva a reencontrarse no sólo con su propia historia sino también con sensaciones. La casa de Montevideo 502 en Tandil, la necesidad urgente de colgarse de la medianera para ver que hay adentro, y la invitación a pasar al patio lo hacen revivir, oler y respirar hondo casi ochenta años después. El primo Bubi también vuelve a Lobería, y sus piernas tiemblan cuando después de mucho insistir da con un señor que se acuerda de su padre y las hermosas trenzas de su madre. El viaje de "Coco" Blaustein es el viaje de toda su familia y de tantas otras familias que emigraron no sólo de origen judío, sino también católicos, especialmente italianos, españoles y tantos otros que han dado forma a la identidad de Buenos Aires y otras provincias, como también pasó en Nueva York con muchas otras colectividades.

Ante tan emotiva investigación la película se olvida del lado artístico y técnico que puede embellecerla. Tanto la cinematografía, como el sonido y la edición por momentos quedan descuidados y se diluyen en el océano de testimonios. Será tal vez que se puso todo el foco en tratar de entender cómo era la figura fundamental de Don Blaustein padre, o por qué la familia se hizo con el tiempo más Argentina y menos judía, aunque con esta película "Coco" parece revivir su legado judío. La economía del centavo, la infancia en que se tuvo tan poco, el sufrimiento, las persecusiones, la perseverancia, el miedo a perderlo de nuevo, y la idea de estar listo para zarpar nuevamente a otro lugar, son una constante que aparece como un sello en esta ola de inmigrantes que en la década del '20 y el '30 llegó al país.

Mamá Blaustein (Korogodzky) habla en su silla con una autoridad irreprochable frente a la íntima conferencia de prensa formada por hijos y nietos. La "conspiración del silencio" que en algún momento hubo entre los padres se repite en los hijos que deben escaparse por motivos políticos. Y los viajes parecen ser destino inevitable: Mexico, España y Bolivia esta vez hacen de recordatorio que el exilio es un estigma judío, también Argentino. Como los ideales y el poder de adaptación. Lo dice uno de los hermanos: por evitar el dolor cuando se revuelve el pasado, se cae permanentemente en malentendidos al no contar toda la historia. La necesidad de amalgamarse a la nueva sociedad de la diáspora en la que les toca vivir por momentos parece chocarse con ser judío, aunque esa llama interior no se apaga nunca, sino que de alguna manera se transforma. Porque al hacer patria, el judaísmo y la argentinidad no se excluyen sino lo contrario. En este viaje en el que Blaustein nos guía resurge la obligación de no olvidar, la necesidad de saber y comprender, el homenaje a los padres y el agradecimiento por llegar a este punto del recorrido en el que se comparte la música, se comparte la culpa, y a pesar de las diferencias se comparte la vida.

(Escrito para NYRemezcla)


Hacer Patria (Forging A Nation)
Tribeca Film Festival 2007, New York
World Documentary Competition (Documentales del Mundo)
2007, Argentina, 127 min., Premiere Norteamericana
Director: David Blaustein
Escritor: Irene Ickowicz

Code: FORGI
Domingo 29 de Abril, 11:00pm (Tribeca Cinemas)
Martes 1 de Mayo, 4:00pm (Tribeca Cinemas)
Miércoles 2 de Mayo, 6:00pm (AMC Kips Bay)
Viernes 4 de Mayo, 4:30pm (AMC VIllage VII)

Apr 28, 2007

Indifferent Shame


It's true... they are invisibles for me too. At the beginning I react catching my breath. Then my throat starts trembling. While the shorts keep on going, I start crying. Then I stop. Then I breathe again. The amount of information I receive in such a short time is so condensed and sad that I lose my sensibility. Then I don't cry anymore, like them. At the end I'm still touched, but I want to see the light again outside the theater. I want to grab a coffee, a chocolate, and live my life again. Now I write about them... tomorrow I will be one more of those millions who don't want to see them. They aren't invisibles by nature. We make them invisibles.

No words can describe real tragedy; no images can show the dimension of losing somebody we love. Luckily suffering people aren't invisibles for all the world. Doctors Without Borders deal with them every day, and Javier Bardem, who was one day researching in Africa to create a new character, was so impressed that he decided to do something. His company Pinguin Films produced Invisibles, that first screened in Berlin Film Festival and is now impacting in Tribeca. Thank to the awareness campaign that this group is carrying on, all these unnoticed tragedies are trying to wake up a world that is accustomed to the terrifying power of mass media and disrespectful use of death. The documentary explores just a few of a vast list of social problems in Africa and Latin America. The millions of persons living without media and political tools in our oblivion, are raised to the world with a unique voice after being muted by a lack of caring. It's also a homage to that incredible group of doctors, NPOs and volunteers who refused to avert their eyes.

Letters To Nora, by Isabel Coixet opens the film with a story about a Bolivian woman living in Spain, where she is far away from her hometown Chagas--sudden death disease. However, the eighteen millions of Latin American exposed below the line of poverty can't find a cure, simply because there is no laboratory in the world producing a medicine or even remotely researching about it. Well, that's understandable: 1,800 weight-loss-related patents pending are more profitable. It's so difficult to believe that it would be a great plot for a science fiction movie, but unfortunately it's a documentary. "Remember when we were kids and played to be invisibles? It used to be fun... now I feel I am invisible", explains Nora's sister in a letter. The paradox is that Nora is a nurse, a housekeeper and a baby-sitter. She helps everyone but nobody helps her. If her people die, although she sends money from Spain to help, I wonder how much more she could help where she in Bolivia. Invisible vinchucas to my eyes, so far away that I can't see it.

Wim Wenders travels to Congo to portray Invisible Crimes. He does so in a very particular: they appear; they disappear. Now you see them; now you don't. Is it magic? Is it a game? The Maï-Maï rebel militia abuse the women with such a cowardice and impunity that it also tempts policemen and official military government. All of them with sticks and weapons, while the women carry heavy loads from town to town working for their families. Sorry to insist, but this is not a box office tale, and it's not a grammatical mistake. They kill the women's husbands in front of them, they rape the mothers in front of their kids for days, and if they don't escape crawling to survive while their genitalia still feels the hurricane, they are dead by now. However, they survive. They don't cry; they don't feel; they don't hope; they are... invisibles. An association of "sisters" helps the victims of these savage abuses to talk, to fight, to not being ashamed, to go to the hospitals. They sing with no enthusiasm, defeated because they only helped 346 women. I don't differentiate numbers anymore. 346 or 3,460 has the same effect. I used to be good with numbers. The boys used to be good in school, but the war turned them into violent and untouchables animals, kings of the jungle. Lions.

Not everything is lost: there are other kind of leones, like Fernando León de Adanoa, who directed Good Night, Ouma, probably the most moving short of this series, about the child-soldiers of Uganda. The Noah's Ark night commuting center for kids from 7 to around 14 years old is a symbol of hope and salvation. This time it isn't about keeping two of each species, but a bunch of frightened kids that don't feel safe at home. So when the time for nightmares approaches, they go almost naked, provided just of a blanket, to a place where they can be together, laugh a little, share experiences, and sleep. Though not everybody can conceal a happy dream: one of them dreams about crying because he feels guilty of what he has done to others while being a soldier. He doesn't cry when he's awake. Nobody cries in this documentary except the audience. If the kids are trapped and kidnapped by the rebels of this war that has last more than 20 years, they are sent to combat or traded as slaves for a few guns. Also as a rehab center for ex-soldiers, the center only works until 6:30am, when it's time for the kids to go back home. I wish to be a kid again, and they wish to be adults, so nobody can kidnap them. These "gorillas", as the rebels call them, are stronger than adults and fearless. They kill easily, as in a game. The center coordinator is the father of all of them. Millions obligued to fight, 180,000 casualties, and an urgent call for aide, with the first tears in the film: "please, help..."

I drink another sip of juice while I think how could I help. I find no explanations. Even if I had the power to arrange these words in a beautiful way I still would feel empty. Although if you watch Invisibles instead of Vinchuca-Man III probably we will be now two feeling empty, then four, until a big emptiness and desolation could wake us up from our ignorance. At least we don't have the sleeping sickness as Bianca has. Mariano Barroso shows with an unusual way a conversation between an NGO and a pharmaceutical executive in Bianca's Dream: the eflornithine--commercialized as Aventis Ornidyl®--is used for hair removal, a more profitable use than curing cancer or bringing an African from coma. Luckily for the labs, a five-year agreement for donations has just finished, so they are transferring their knowledge to the next victim-lab. Only one lab? I don't get it. What's going on with the research in this world? Oh, I remember... the 1,800 weight-loss patents... the vitamin colored waters. Water used to be invisible.

Javier Corcuera's The House Of Stones closes the suffering and brings us hope: in fifteen more minutes we will return to normality out of the theater. But not before being affected by the displaced Colombians who during four years were persecuted, killed--then camouflaged as guerrilla!--for doing social work on land rich in oil and emeralds among other things. The Democratic Security destabilizes the zone while an assembly of brave peasants resist. Where are the martyrs? Where is the remnants of El Encanto (The Charm) going? Probably to the humanitarian zone... a place with no weapons where people still believe in a future. Probably to their original lands. What would do a peasant without fertile ground? Nothing else than die. Like their sons in the military service. The names of the victims lie on stones. They can take their bodies and lives... but not their dreams.

The media, the techniques, the cinematography, the aesthetics, the way to tell the story, no matter if it's beautiful or boring, smart or common... all is justified in this document that bears witness to all kind of atrocities. Including the indifference.

(Written for NYRemezcla)


Invisibles
Tribeca Film Festival 2007, New York
Spotlight, Narrative
2007, Spain, 106 min., U.S. Premiere
Directors: Mariano Barroso, Isabel Coixet, Fernando León de Aranoa, Javier Corcuera, Wim Wenders

Code: INVIS
Sunday, April 29, 3:00pm (Clearview Chelsea West)
Monday, April 30, 6:15pm (AMC 34th Street)
Wednesday, May 2, 3:30pm (AMC Kips Bay)

Apr 27, 2007

Suenan Las Raíces



"¿Alguna vez escuchaste crecer a las raíces de un árbol?", me preguntó él mientras hacía los crucigramas. Sin pronunciar una palabra lo miré a sus ojos sorprendido. El sonrió y agregó "Recién escuché tu respuesta".

“¿Hay entre los árboles una dicha pálida, final, apenas verde, que es un pensamiento ya, pensamiento fluido de los árboles, luz pensada por éstos en el anochecer?”
(Juan L. Ortiz, El alba sube, 1937)

Maria Merlino afirma que el árbol está muerto. Julio Fontán opina que no. La tranquilidad que los acompaña con sus palabras hace de la discusión un evento pacífico y prolongado que construye una historia simple y profunda sobre el paso de la vida y la memoria. Maria hace de Maria (Mary), y Julio hace de Julio. Ambos son los padres del escritor y director Gustavo Fontán, tanto en la realidad como en la ficción. Los tres logran burlarse de las fronteras que dividen las etiquetas de "documental" y "narrativo", aunque en los festivales de Argentina, Mexico, Polonia y ahora en Tribeca, la película se exhibe en la categoría de documentales. Será porque es un ejemplo de documento sobre el delgado límite entre la realidad y la ficción.

El lente del padre aumenta frente al lente del hijo, y las hojas más pequeñas se convierten en gigantes. Hojas sobre hojas. Plantas pintadas sobre el empapelado. Gente conversando a través de más hojas. Los nombres y sus plantas se pertenecen mutuamente. Lo simple y lo cotidiano se hace importante con cada tarea que mantiene a los Fontán ocupados, y comienza a ocupar tambien al espectador como una reflexión paralela. Mary sueña con un castillo en el que todo es hermoso excepto un pequeño sector que debe ser reparado. El reecuentro se convierte en llanto "pero de alegría", dice la invitada. Las nubes y las ramas secas amenazan, pero una pequeña hojita en el árbol da esperanza. Mary sueña esta vez con zapatos, y es Julio quien se los pone. ¿Partirá? Más tarde.

Maurice Schell, uno de los editores de sonido más importantes del cine americano, dijo que cuando el sonido está bien usado y es sutil, hace una gran diferencia: más allá del proceso de intelectualización logra que la audiencia sienta. El Árbol (The Tree) es uno de los pocos documentales donde el juego cómplice entre las imágenes y los sonidos se hace eterno y constante, dándole el mismo peso e identidad tanto a unas como a otros, generando así capa sobre capa. "Ese árbol está seco", dice ella, mientras se ve agua invadiendo las baldosas del patio. Los cuerpos y rostros dejan de tener protagonismo, y el detalle de los pies, manos y objetos abordan al espectador con los diálogos y sonidos fuera de pantalla. Hasta el silencio se escucha. La cinematografía de Diego Poleri se escucha y el manejo de sonido de Javier Farusa se ve. Ambos se fusionan y meten en la intimidad de Julio y Mary de una manera deliciosa y detallista, pero no es intrusa; nos invita.

El trío Fontán nunca se separa, y se hace más presente que nunca en las diapositivas que se proyectan sobre la pared. Las memorias fuera de foco contagian a la imagen de la pareja, y mientras los miramos mirar, ellos también se hacen difusos. Julio se lava la cara en la pileta del patio, y mientras el agua chorrea sobre su rostro, otra mágica transición de Marcos Pastor anuncia la lluvia. Una nueva capa que se agrega al equipo que ayuda a Gustavo Fontán en una sola voz a comunicar su poesía llena de sentidos. Hasta el olfativo. Porque no sólo se huele el tercer sueño de Mary plagado de recuerdos, sino la tierra mojada y el verde que ilumina la oscura casa. Cada textura y vibración se sostienen por sí mismos en este lenguaje que balancea con precisión lo que se muestra y lo que se oculta.

Las estaciones pasan y los dos árboles frente a la casa siguen siendo testigos de la historia de los Fontán. Un árbol está vivo. El otro esta muerto. No para Julio. Observan por la ventana pasar la vida, los recuerdos y el inevitable movimiento del tiempo, incluso en la quietud. Las risas de Julio y los niños se mezclan con la mascara de la seriedad. Junto a su mujer se mantienen activos en lo simple del día a día, mientras abejas, hormigas y otros bichos se apoderan de la tierra con un nuevo anuncio. "¿Vamos a dormir?", dice él. "Bueno", contesta ella. Así de simple. Sueños que se sienten: el reloj, las campanas, los susurros. ¿Cuál será el cuarto sueño de Mary? Julio viaja a reencontrarse con alguien: se ven fotos pero no el reencuentro. El vacío sin su presencia se convierte en espera, más lluvia, y sombras. La ventana indiscreta no revela. Los zapatos de Julio sí.

Cuando vuelve del viaje, el árbol está caído. Con la tranquilidad de siempre, y la resignación de lo que era de esperar, recupera algunas ramas, y se lleva el muerto hacia la casa. Porque hay que velarlo como un integrante más de los Fontán, transformarlo y hacerlo eterno. Son las buenas memorias que resurgen, mientras se lo crema y alguna de sus ramas se hacen humo. Es el intento de volver a darle vida. Y lo logran... los tres. Es el símbolo del orgullo que los Fontán deben tener sobre Gustavo, quien echó raíces más allá de los 65 minutos que dura la película.

Pensaba responderle que no. Pero después apareció ella con una copia del crucigrama y lo comprendí mejor. Yo también las escucho crecer.

(Escrito para NYRemezcla
)


El
Árbol (The Tree)
Tribeca Film Festival 2007, New York.
World Documentary Competition (Documentales del Mundo)
2006, Argentina, 65 min, International Premiere
Director/Guionista: Gustavo Fontán

Código: TREEY
Domingo 29 de Abril, 6:00pm (AMC Kips Bay)
Lunes 30 de Abril, 4:30pm (AMC Kips Bay)
Miércoles 2 de Mayo, 11:00pm (AMC 34th Street)
Jueves 3 de Mayo, 6:00pm (AMC 34th Street)
Viernes 4 de Mayo, 1:15pm (AMC 34th Street)

Apr 26, 2007

To Live A Lot


"Se busca filme. Recompensa" (Film wanted. Reward)

Álvaro Covacevich's To Die A Little (original title Morir Un Poco) was released in Chile during 1966 with great success among critics and audience. It was watched by more than 200,000 spectators during the nine months that it was screened--relegating the release of Oscar-winner Zorba The Greek to second place. Seven years later it died a little. The film was... missing. Was it an accident or a political kidnapping? Chile suffered 1,198 disappeared people during the Pinochet regime (1973-1990). To first glance, it seems to be a tiny number next to the 30,000 disappeared in neighboring Argentina, but disappearance is not about numbers: one is enough. Especially if it's about somebody that we know, a beloved, a friend, a son. And probably for Covacevich this film was a kind of disappeared son. It was one more disappeared film that suffered the same fate as first-wave Chilean filmmakers like Jorge Délano, Gabriela von Bussenius and Pedro Sienna among others.

In the years following the cinematic disappearances, Fundación Chilena de Imágenes en Movimiento recovered around 80 percent of all the lost films. Believe it or not, a lot of the celluloid had been used to manufacture combs, and most of the Chilean silent films were transformed into ping-pong balls. The Argentine laboratory Alex--which processed a big amount of the Chilean films--had a fire and later it declared a bankruptcy, finally closing its doors in 2001. Argentina also suffered a cultural disaster: due to accidents and administrative ineffectiveness around half of the Argentine archive is lost, in spite of ENERC film school's tremendous effort to recover many of them. Because all of this, only after 33 years did Covacevich find a copy of his film--in the archives of Leipzig Film Festival in Germany. He got the film re-released in 2006 at Cinemateca Nacional in Chile. Viewers finally got to watch the work of this writer and director as he followed Luis (introduced in the credits as "Luis, an ordinary man"), a humble man that Covacevich found in Cartagena, a beach where Luis used to go for vacations once a year. Wonderfully depicted with a nouvelle vague style and a very low budget, the film has no dialog, no professional actors and an improvised music score. These elements didn't stop it from being a big hit in the box office.

Breakthrough editing, mixing black and white with color, contrasted the poor Cerro Blanco villages and Cartagena beaches with the rich people dancing and drinking in Santiago or Reñaca beach. Some images are shocking, like the kids eating desperately a piece of bread thrown by a woman while they are hidden in a cave. The striptease scene was probably also controversial. An accurate merge of documentary and fiction turns Covacevich into a surgeon of filmmaking without blurring the highly artistic sensitivity. He explained in an early interview that every day the man goes to the streets "to die a little, instead of living a little". The daily round-trip routine from home to work, the daily pressure about watching and buying things, the same yearly vacation and the social justice worried Covacevich and were shown in this film with simplicity and power.

The metaphor of a bank teller caged like a canary follows the metaphor of a balloon falling into a spiral staircase and bursting out a few seconds after a kid is playing with it. In some way this marks the kid's destiny and many others with no future and no names--like the nameless credits show. Luis observes everything as a ghost: images about a war, atrocities, rats, poverty, desolation, and a dreamed happiness that he can't have--the striptease that his wife performs isn't enough. A vast, empty field makes Luis more lonely. A series of "forbidden" signs continues oppressing him until he explodes and reacts. He breaks the signs and does what he shouldn't. A last image shows him under a small waterfall with his arms wide open: liberty or crucifixion? He is alive; he is dead; he is alive. Just like his precious film.

Covacevich has in his legacy two important events: he shot the conversations between Chilean ex-president Salvador Allende and Cuban president Fidel Castro, and he made a documentary about the Uruguayan rugbiers that survived in Los Andes (many years later it became a fictional Hollywood film), scripted by Peruvian novelist Mario Vargas Llosa. Covacevich is currently living in Mexico and travels to New York once in a while. He is expected to attend both official screenings of To Die A Little (Morir Un Poco), probably to keep watch over the only original 16mm piece closely, to answer some questions, to receive some congratulations, and to live a little.

(Written for NYRemezcla)


To Die A Little (Morir Un Poco)
Tribeca Film Festival 2007, New York
Restored/Rediscovered, Documentary
1967, Chile, 50 min. World Premiere Restoration
Director/Screenwriter: Álvaro J. Covacevich

Code: TODIE
Saturday May 5, 8:45pm (AMC 34th Street)
Sunday May 6, 1:15pm (AMC 34th Street)

Apr 25, 2007

Viaje Al Santuario Eterno


San Diego es un santo que le ganó a los ingleses la guerra que Argentina no pudo ganar en las trincheras, y hasta se dió el lujo de contar con la mano de Dios. Santa Maradona es una santa que hizo de una ciudad entera como Nápoles pasar de clase "B" a ser la más importante de Italia. Más allá del deporte, cuando un personaje de esta tierra se convierte en figura religiosa, no alcanzan las explicaciones ni las reflexiones. Con el correr de los años, la estampa cobra nuevos hitos y a su alrededor se agrandan las anécdotas de poder sanador.

Tati Benítez (Ignacio Benítez) cree en santos y santas, y se embarca con algunos pocos billetes en una travesía que lo llevará en peregrinación desde Misiones hasta Buenos Aires conociendo entrañables personajes como Waguinho (Carlos Wagner La Bella), y viviendo insólitas aventuras gracias a que lleva con él un milagro natural casi tan religioso como la existencia misma de su ídolo: árbol a imágen y semejanza.

El creador de esta historia llamada El Camino De San Diego no es otro que Carlos Sorin. Sus tres largometrajes anteriores lo convirtieron en el Maradona del Festival de Cine de San Sebastián: La Película Del Rey (1986), Historias Mínimas (2002), y El Perro (2004) todas ganadoras de los más importantes premios. Volviendo a creer en el poder de los actores amateurs y las historias de ruta, Sorin también repite con éxito la mezcla entre documental y ficción como lo hizo con probablemente el mejor ejemplo de técnica mixta que yo he visto hasta hoy: La Era Del Ñandú (1986)--todavía busco reseñas de la bio-k2 en farmacias y laboratorios. Inspirado en el libro "Santa Evita" de Tomas Eloy Martinez por las hazañas que el pueblo hizo para salvar a Evita en su agonía, esta vez trata la internación del máximo ídolo deportivo del país en la Clínica Suizo Argentina de Buenos Aires por un problema cardíaco.

A pesar de haber perdido su trabajo y no tener los recursos para hacer el viaje, la internación motiva a Tati para entregar la raíz milagrosa en persona. Fotos, artículos de diario, posters, entradas a partidos y otros souvenirs decoran la casa de Tati y otras varias miles de casas Argentinas. Si hasta el nombre de una de sus hijas no es Dalma ni Yanina (como las hijas de Maradona), sino directamente Diega. En el camino hacia San Diego, Tati vive un viaje esencial que lo llena de orgullo cada vez que alguien mira la raíz y dice "se parece!", como si se tratase de un deber; Tati es profeta. Mensajero de una sociedad que necesita héroes para dejar por un momento de sufrir las miserias cotidianas y creer que no se está tan mal.

La importancia de la cinematografía en este viaje está cuidada hasta el detalle por el experto Hugo Colace, quien no sólo captura el paisaje sino también la magia del lugar. Sorin dice que la clave fundamental con los amateurs es tener suerte: de encontrarlos y de que les salga lo que él quiere. Después hay que tener paciencia, aflojar tensiones y tomarlos desprevenidos. De esta manera, riesgosa por momentos pero rica en si misma por su frescura, Sorin abre un nuevo camino para que Tati junto a tantos otros millones de Argentina, Italia y el mundo entero junten San Diego El Documental y Santa Maradona De La Ficción. Hechos, creencias e ilusión. Yo lo vi jugar en vivo. Esa aparición sobrenatural vuelve en 35mm, y volverá en mi mente varias veces más.

(Escrito para NYRemezcla)


El Camino De San Diego (The Road To St. Diego)
Tribeca Film Festival 2007, New York
Spotlight, Narrativo
2006, Argentina, 98 min., North American Premiere
Director/Guionista: Carlos Sorin

Code: ROADT
Viernes 27 de Abril, Medianoche (AMC 34th Street)
Sábado 28 de Abril, 4:15pm (AMC 34th Street)
Domingo 29 de Abril, 12:30pm (AMC Village VII)

Apr 24, 2007

Tribeca Film Festival 2007



Desde el 25 de Abril hasta el 5 de Mayo estaré cubriendo el Festival de Cine de Tribeca en Nueva York para el website NYRemezcla. Estaré escribiendo enfocado en el cine argentino presente en el festival, y alguna otra película con presencia hispana. También puede haber alguna entrevista sorpresa.

El
Festival de Cine de Tribeca fue fundado en 2002 por Robert De Niro, Jane Rosenthal y Craig Hatkoff como respuesta cultural y económica a los ataques terroristas del 11 de Septiembre. Hoy cuenta con más de 150 películas en exhibición provenientes de más de 40 países.

NYRemezcla es el único website bilingue de cultura Latinoamericana en Nueva York. Originalmente comenzó en el 2004 como una guía informal para eventos culturales Latinos bajo el nombre de NYMosaico, y ahora es la primera fuente de cultura Latina para Nueva York.

NYRemezcla dispone de cinco secciones de contenido editorial original--Artes, Música, Cine, Actualidad, y Comer y Beber--que cubren las últimas tendencias locales e internacionales sobre artes visuales, literatura, música, cine, vida nocturna, y más, con un foco en la principal cultura Latina.



From April 25 to May 5 I'll be covering the Tribeca Film Festival in New York for NYRemezcla. I'll be writing focused on the argentine films participating in the festival, and some others hispanic films too. It could also appear a surprising interview.

The Tribeca Film Festival was founded in 2002 by Robert De Niro, Jane Rosenthal and Craig Hatkoff as a cultural and economic response to the 9/11 attacks. Today it hosts more than 150 films from more than 40 countries.

NYRemezcla is the only bilingual website showcasing groundbreaking Latin American and Latino cultures in New York City. Originally started in 2004 as an informal guide to Latin cultural events under the name NYMosaico, the site has emerged as the premier source for Latin culture in New York City.

NYRemezcla boasts five sections of original editorial content--Artes, Música, Cine, Actualidad, and Comer y Beber--that cover the latest local and international trends in visual arts, literature, music, film, nightlife, current events, and more, with a focus on cutting-edge Latin culture.

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